El ser humano no deja de sorprenderme. Pasados 100 días desde que CIU volviera a gobernar en la Generalitat de Catalunya, la gente se rasga las vestiduras al ver los movimientos y actuaciones del nuevo gobierno.
Recuerdo claramente como durante la campaña electoral, CIU llamaba a los catalanes a movilizarse por un “cambio” contra las políticas del gobierno tripartit.
Pues bien, bienvenidos al “cambio”. Recortes en sanidad, en educación, en ayudas sociales, en infraestructuras…. antesala, por supuesto, a futuras privatizaciones. Mientras tanto se suprime el impuesto de sucesiones, un impuesto que suponía una fuente importante de ingresos directos para Catalunya y que, tras la última reforma del gobierno tripartit, únicamente gravaba a las grandes herencias.
¿Como se justifica el cierre de 500 camas en el Vall d’Hebron el mismo momento en que se suprimen impuestos a las clases más pudientes? Estas no son las políticas que necesitamos.
A pesar de todo CIU no me sorprende, me sorprende la gente. Los catalanes que hace pocos meses votaban a un partido de derechas y hoy se escandalizan tras tanto recorte. Me sorprende la poca responsabilidad política de la ciudadanía. Que cada uno asuma su parte de culpa y reflexione para futuras elecciones. No obstante me alegra ver como la gente abre los ojos y se moviliza.
