jueves, 22 de diciembre de 2011

Este invierno y este frío

Respiro profundamente, huele a leña quemada, a chimenea, a todo aquello que ya no huele en las grandes ciudades. Llega el invierno y el rocío helado emblanquecerá la hierba que diviso desde mi ventana. Lejos queda el calor de verano, el sol que brillaba en vuestros ojos, los largos días de actividad frenética. Ahora toca refugiarse, ver llover tras el cristal, sentarse y sentirse acompañado al calor de un buen fuego, bajo una manta o a tu lado. Las calles se disfrazan de Paris, hoy menos que ayer, la crisis, os podéis imaginar… Es hora de montar el Belén, sacar las ovejas a pastorear, ingeniar un río con agua y molinos que se mueven con pilas de petaca. Es época de tradiciones, unas mejores que otras, la religión nunca fue santo de nuestra devoción. Pero tenéis que saber que ya no es lo mismo. Entonces creía en los reyes, en los de verdad, en los Magos, en los que hacían algo por mí. Aquellos que se bebían el vaso de leche y me dejaban mi primera bici junto a las zapatillas. Hoy me acuerdo de vosotros y de las navidades en las que no faltaba nadie, en la que los grandes os sentabais con los grandes y los pequeños nos sentábamos todos juntos. Ha pasado el tiempo, en algunos casos más que en otros, pero siempre demasiado tiempo. Llega el invierno, el frío y os echo de menos.