martes, 14 de abril de 2009

¿Para cuándo justicia?

14 de abril de 1931, día de la proclamación de la II República. Periodo de progreso y libertades, periodo que fue arrebatado pistola en mano por quienes pensaron que dar libertades al pueblo no era la fórmula.
Hoy, 78 años después, las cicatrices de aquel momento siguen sin curar y las heridas permanecen abiertas.

No viví aquel momento, no soy actor principal, ni siquiera secundario de aquel enfrentamiento. Pero solo basta con leer, ver y escuchar a aquellos que perdieron a sus familiares, que murieron en vida por aquella represión, para darse cuenta de que algo se ha quedado a medias, algo falta por hacer.

Hubo un momento en el que los políticos decidieron que las “dos Españas” se tenían que unir, dejar a un lado viejos enfrentamientos y luchar por un futuro democrático en el que todo ideal tuviera cabida. Así fue como en la transición se firmó y votó la Constitución Española de 1978. Un texto que se vendía como la solución a todos los problemas, la llave que nos abriría la puerta del olvido y de un mundo nuevo.
Pero, ¿cómo podemos pretender que una persona cuyo ser querido se encuentra enterrado en una cuneta se olvide de todo lo que pasó?

Aquel bando vencido ha sido olvidado por todos los gobiernos, siendo los grandes perjudicados ayer y hoy.
Porque es vergonzoso que el partido que gobierna apueste por una ley de memoria histórica que apunte a hacer justicia y finalmente esta pueda depender de aquellos que simpatizan con el régimen. Porque, más que vergonzoso, debería ser ilegal que una de las principales fuerzas políticas siga sin condenar la dictadura impuesta por Franco.

Tal vez algún día este país sea capaz de acabar definitivamente con los resquicios de franquismo que aun quedan. Seamos capaces de recordar y reconocer abiertamente la lucha de tantas personas, lucha a la cual debemos muchos de los privilegios de los cuales hoy disfrutamos. Estamos en deuda con ellos.